La competencia de gestión de la información del alumnado

Partiendo de la ya consabida diversidad del alumnado y de la sobrecarga informativa en la que vivimos:

 

Me propongo hacer una valoración general del desarrollo de la competencia de gestión de la información del alumnado.

A lo largo de mi experiencia docente he constatado la dificultad que los alumnos de ESO, en general, tienen para filtrar y procesar la información; no ya la descomunal información que circula por la red, sino que, simplemente, ante un texto de una cierta longitud, encuentran mucha dificultad en diferenciar lo importante de lo retórico o superficial, les cuesta mucho captar la idea central del texto y discernir lo que el autor quiere decir. A ello hay que aunar, que si estamos tratando un tema científico, y no conocemos y manejamos con soltura los conceptos  y procedimientos que se exponen, poco en claro vamos a sacar de la información que se nos presenta. El gran salto está en sacar información de la «información». Esta última va entre comillas, porque aunque es información, no todos van a extraer el mismo significado de ella, la misma información. El concepto «información» es en si mismo confuso y posee un doble sentido. Quizás sea más clara la ambivalencia cuando se considera su adjetivo :»informado», ¿qué es para ti estar informado? ¿si lees una noticia de un determinado tema estás informado?

Por todo lo expuesto en el párrafo anterior, considero que la competencia de gestión de la información del alumnado está condicionada por los conocimientos que el alumnado tenga en relación a la información a gestionar. Llevándolo al extremo, y poniéndome yo mismo como ejemplo, si a mi me dan una serie de textos en chino (información) y me piden que los gestione (por ejemplo, para construir  un trabajo, una presentación,…), como no sé chino, no voy a saber gestionarlos. ¿significa eso que no sé gestionar la información? No, significa que no sé gestionar esa información, porque carezco de la base mínima necesaria para extraer información de dicha información. Probablemente si me dieran la misma información en un idioma que conozco sí sabría gestionarla. Considero que, sobre todo, es en esto es en lo que hay que trabajar con los alumnos, en que entiendan la información. Por ejemplo en un artículo matemático,  en que sepan que es lo importante, que es cierto y que es falso (si hay algo erróneo). Y esto se consigue, en este caso, impulsando la competencia matemática. La competencia para gestionar la información vendrá después, cuando se entienda la información y se esté, por ende, en condiciones de clasificarla. Por lo tanto, creo que la competencia para gestionar la información, sólo se puede trabajar en niveles educativos superiores, cuando el nivel lingüístico, matemático y científico, ya lo permite, pues para andar, primero hay que gatear.

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Una vez que el alumnado puede gestionar la abundante información que se presenta ante él, nuestro papel como docentes en el desarrollo de su competencia para gestionar la información, será, no el de facilitadores de la información, pues corresponde a ellos buscar, filtrar y procesar la información, sino de consejeros en materia de aplicaciones informáticas adecuadas para llevar a cabo tales procedimientos, guías y asesores en la realización de la gestión y finalmente evaluadores del producto final obtenido.

Dos herramientas que nos permiten hacer una mejor gestión de la información son netvibes y diigo. Estas dos herramientas las utilizaría en el aula de la siguiente forma: la primera la utilizarían los alumnos para buscar información y la segunda la utilizarían para compartir la información y filtrarla.

 

Por último quisiera destacar una frase del genial Einstein en relación al tema de la gestión de la información:

“Si una mesa abarrotada es síntoma de una mente abarrotada, entonces ¿qué debemos pensar de un escritorio vacío?”

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Imagen: organizedr.com

Sobre las ventajas e inconvenientes de tener un escritorio desordenado se han escrito auténticos tratados, algunos de los cuales sostienen que el caos puede ser más productivo que un orden demasiado estricto.  Yo esto último no lo creo, más bien considero que el orden es necesario, y pienso que lo que ocurre con el escritorio de Einstein es que dentro del caos aparente (para nosotros), para él hay un orden. Por eso fue capaz de crear unas importantes teorías físicas, irrefutables hasta la fecha de hoy.

 

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